¡Algunos dicen que este otoño va a ser caliente!

Cuando la fiabilidad de la información de que disponemos y la probabilidad de que suceda eso que proyectamos mentalmente es baja, hablamos de desconocimiento, y ante el desconocimiento, lo único que podemos hacer es desarrollar la capacidad de adaptación y reacción estratégica, más que predecir, pronosticar o planificar…

¡Caliente o frío no depende de nosotros!

Esta reflexión, lo que nos viene a decir es que: nadie sabe lo que va a suceder, pero como decía Picasso “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”.

En los próximos meses la adaptación y reacción como organización serán determinantes para la supervivencia no solo de nuestras empresas, sino también como Sociedad.

Darwin en su teoría de la evolución y selección natural siglo 19… ya predijo que no pasan los más inteligentes, sino los más adaptables.

Obvia decir que adaptarse y reaccionar depende de las personas y, por lo tanto, del TALENTO. Hay quien tiene actitud pero no sabe. Hay quien tiene aptitud pero no quiere. Las dos son necesarias.

El interés compuesto será mucho más importante que el interés simple y esto será crucial para superar el cambio de paradigma (tecnológico, digital, medioambiental, humano, geopolítico… etc.) en los próximos meses.

Y en un momento trascendental como el de ahora quien no ∑ en la ecuación, sencillamente sobra.

Hoy para desarrollar el talento se necesitan básicamente cuatro grandes vectores: Entorno x Ambiente x Reconocimiento x Proyecto.

Un ENTORNO empresarial donde se pueda aprender pero también contribuir.

Un AMBIENTE empresarial que genere bienestar y sea saludable.

RECONOCIMIENTO, las personas deben ser las protagonistas en esta nueva etapa a nivel personal y profesional.

Y finalmente, un PROYECTO retador por el que merezca la pena comprometerse.

Reflexione en qué posición se encuentra su organización y piense en qué cosas necesita centrar su atención.