LA IMPORTANCIA DEL PROPOSITO EN UN MOMENTO DE CAMBIO
Nos preocupa la calidad del producto/servicio ¿Y la calidad de las personas?
En esta nueva realidad VUCA, el propósito se ha convertido en una ventaja competitiva para aquellas organizaciones de personas que están comprometidas a construir un futuro más justo, inclusivo, seguro y sostenible para las personas, y que quieren dar un sentido a lo que hacen, aportan, comparten y se comprometen.
El propósito trasciende más allá de lo que es la propia actividad de la empresa, y debe conectar la parte espiritual, emocional, y física de toda la organización.
Espiritual porque debe dar respuesta a las personas respecto a lo que persiguen en cuanto a valores y creencias.
Emocional porque se debe hacer sentir bien a las personas al hacer lo que hacen, y esas emociones generan sentimientos que las comprometen.
Y física, porque aquello que hacen y producen, tangible y/o intangible, está impregnado de esos valores, creencias, emociones y sentimientos.
No es la calidad del producto lo que hoy día determina el éxito de una empresa. Es la calidad de las personas que la forman y que transfieren su esencia a los productos y servicios.
Medir la calidad de los productos forma parte del mecanicismo y fordismo porque la calidad de los productos es una consecuencia.
Centrar el foco en las personas, nos permite ayudar, formar, entender, atender… para que se sientan espiritual y emocionalmente conectadas con el propósito, y no tanto con el negocio como suele exigirse frecuentemente.
La empresa es un ente intangible. Son las comunidades de personas que estando comprometidas con lo que piensan y hacen, dan sentido a ese ente.
Un producto y/o servicio que se vende no es un propósito. Y en un momento disruptivo como el actual, las empresas que no tienen un propósito creible e inspirador, estan listas para desaparecer en esta nueva economía.
Además, sin un propósito bien articulado, las empresas lo van a tener muy difícil para desarrollar historias que inspiren. Y créame, este ingrediente es básico para cualquier organización y marca.
Sin una historia creible que compartir acerca de lo que significa trabajar en una organización, será imposible comprometer espiritual y emocionalmente a su gente, y sin un compromiso emocional, la marca está muerta.
El propósito no es un eslogan de marketing, un positioning… El propósito es el catalizador de los principios de una organización que impulsa su estrategia y visión.
Un propósito empresarial es una brújula, pero no un objetivo. Es el horizonte al que se enfoca y la razón final por la que existe una organización. Y, por lo tanto, una referencia inspiradora que todos pueden entender y que ayuda a entender la estrategia.
El propósito desvela la verdadera identidad, el motivo más profundo por lo que se hace lo que se hace.
La vinculación entre el propósito, los productos e historia es la clave para que exista una autenticidad genuina.
No se trata de reinventar la esencia, se trata de dar sentido a lo que ya se tiene y une a las personas… y generar el mayor beneficio social posible. El económico es una consecuencia.
Una empresa centrada en los productos/servicios, y en vender frenéticamente, está abocada al cierre.
A nadie le gusta trabajar en una empresa donde no se inspira, solo se trabaja, ejecuta, se habla de productos, objetivos, no se escucha, no se participa, etc. ¿Le suena?
Usted no tiene equipos de ventas y marketing, producción, administración… etc. Usted tiene una comunidad de personas.
Un propósito debe ser una brújula que guie las inspiraciones más básicas y fundamentales de su comunidad.
¡Su estrategia no inspira! No es el qué sino por qué hace lo que hace…
Llámenos y estaremos encantados de compartir nuestras visiones.
Josep Pey i Rosell
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AUTOR
Josep Pey
Desarrollo Directivo
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